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Las tres víctimas de la cruz.

“También llevaban con él a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados. Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron allí, junto con los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda. —Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús. La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él. —Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Escogido. También los soldados se acercaron para burlarse de él. Le ofrecieron vinagre y dijeron: —Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo! Resulta que había sobre él un letrero que decía: este es el rey de los judíos. Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo: —¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! Pero el otro criminal lo reprendió: —¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena? En nuestro caso, el castigo
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Los tres "canallas"

  En esta época del año es común escuchar mensajes donde se sataniza a Judas Iscariote, se critica duramente a Pedro y se habla mal de Tomás, la razón es la traición de Judas, la negación de Pedro y la incredulidad de Tomás. Dos de ellos de alguna manera “redimieron” su error por su actuación posterior, aunque debemos apuntar a la iniciativa de la misericordia divina y la respuesta de Pedro y de Tomás que les reintegra a la narrativa bíblica. No así Judas Iscariote que a pesar del amor de Dios extendido hacia él, rehúsa arrepentirse y toma su destino en sus propias manos. Respecto de esa decisión mi mente siempre regresa a esos versículos de Génesis. “Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.”   (Génesis 4:6-7 LBLA) El punto es que a menudo se tiene el proceder de estos tres discípulos como una verdadera “ca

Cuando te arrojen en un pozo... (Parte 3)

 José estuvo en tres diferentes pozos. El primero pozo fue esa cisterna donde sus hermanos lo arrojaron para después venderlo como esclavo ( Génesis 37 ). El segundo pozo fue la cárcel, acusado injustamente es sacado de la estabilidad que había conseguido en la casa de Potifar y ahora se encuentra en una prisión. Una vez más fueron otros los que tomaron decisiones por él y ahora se encuentra una vez más limitado por las circunstancias ( Génesis 39 ). Aunque me parece que nada le puso limites a su corazón, creo que su fe y confianza en Dios por un momento probablemente se vieron amenazadas, es decir ¿Quién no dudaría? ¿Quién no se preguntaría “Y donde está Dios ahora”? Pero al ver su proceder con el paso del tiempo, es evidente que en medio de toda circunstancia encontró la fuerza en Dios, en su fe y en las promesas que había sobre su vida como para sobreponerse. Probablemente porque se dio cuenta que, a pesar de todo, era evidente que Dios le daba gracia frente a la situación,

Cuando te arrojen en un pozo... (Parte 2)

Estar en un pozo no es agradable. Probablemente estaba oscuro, José no puede ver lo que sucede fuera de la cisterna. No puede hacer nada al respecto, está limitado por las circunstancias, diciéndolo de otra manera. En sus manos no está el control de su propia vida. También me acuerdo de Jeremías, que de igual manera fue arrojado en una cisterna (Jeremías 38 RVC) , y ¿Qué decir de Pablo y Silas con los pies atados en el cepo? (Hechos 16:16-40 NVI) . Quizás te has mirado así. Otros toman decisiones por ti o que te afectan directamente a ti, sin que puedas hacer nada al respecto. ¿Te suena a injusticia? Quizás. Yo puedo pensar en una persona que se encontró así, además de José, Jeremías, Pablo y Silas; hubo otro hombre que estuvo a merced de sus captores. Hablo de Jesucristo. La diferencia entre José y Jesús, es que Jesús se entregó voluntariamente porque esa era la voluntad de Dios. Esto lleva a Jesús a una condición diferente. Él no fue victima de las circunstancias, lo que aquí

Cuando te arrojen en un pozo... (Parte 1)

 ¿Cuántos de ustedes recuerdan esa historia? Los propios hermanos de José el hijo de Jacob, celosos por los sueños del muchacho y el amor de su padre, toman la decisión de matarlo.  Sin embargo, son persuadidos por Rubén para no ser ellos quienes maten a su propio hermano, y por consejo de Judá juntos toman la decisión de venderlo.  Cuando José llega a dónde están sus hermanos, inmediatamente lo arrojan en un pozo (cisterna).  “Entonces, cuando llegó José, sus hermanos le quitaron la hermosa túnica que llevaba puesta. Después lo agarraron y lo tiraron en la cisterna. Resulta que la cisterna estaba vacía; no tenía nada de agua adentro. Luego, justo cuando se sentaron a comer, levantaron la vista y vieron a la distancia una caravana de camellos que venía acercándose. Era un grupo de mercaderes ismaelitas que transportaban goma de resina, bálsamo y resinas aromáticas desde Galaad hasta Egipto. Judá dijo a sus hermanos: -¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano? Tendríamos que

¿Quien será el responsable del cambio? Parte 2

Algunas de las razones para no cambiar es el temor a lo desconocido, pero también es la falta de una capacidad para poder imaginar o visualizarte cómodo y feliz en la nueva realidad. El matrimonio es uno de los más grandes cambios que uno experimenta en la vida, pero el soñar en lo que será y la ilusión de lo que vendrá ayudan a visualizarlo y aún a desearlo.    Tu puedes adaptarte al cambio si miras con entusiasmo y ánimo a lo nuevo que vendrá, pero si lo imaginas como algo negativo, difícil e incierto, el cambio será mas trabajoso para ti.   Por otro lado, todo cambio demanda un costo. El precio que se paga al cambio se puede traducir como “sacrificio”. No hablo de presentar un holocausto o sacrificar una gallina. Hablo de renunciar a cosas y soltar una cosa para poder abrazar algo nuevo.    Es difícil renunciar a ciertas cosas, porque estamos cómodos con ellas, acostumbrados, encariñados, tanto que dejar ciertas cosas atrás es como atravesar por un duelo. Nos cuesta trabajo, no porq

¿Quién será el responsable del cambio? Parte 1

Hace unos días escribí en mi Blog, ¿De verdad es posible el cambio? , pensando en estos días donde se habla de una #NuevaNormalidad y los ajustes que tenemos que hacer al respecto. Aunque podríamos decir que es una tarea difícil, por supuesto que es posible. Pero hoy quiero continuar la conversación con otra pregunta: ¿Quién será el responsable de ese cambio? Me viene esto a la cabeza porque hace algunos días leía sobre las personas que han mostrado la capacidad de hacer cambios radicales en su vida y adaptarse a lo nuevo; llámese nuevo trabajo, matrimonio, nueva escuela o lo que sea que demande de nosotros flexibilidad y adaptabilidad.  Aquí hay algunas cosas que son indispensables para lograr el cambio.  1.       ¿Deseas hacerlo?  2.       ¿Puedes visualizarte viviendo el resultado del mismo? 3.       ¿Estas dispuesto a pagar el precio?  4.       ¿Estás dispuesto a comprometerte con el a largo plazo? Todos podemos cambiar, pero no cualquiera se compromete al cambio y lo lleva a cabo.