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Mostrando entradas de 2014

Reencarnación ¿Cuantas oportunidades necesitas? Última parte

Entonces llegamos al tercer argumento, el que dice que la vida sería injusta para muchos, y que si existiera un Creador, tal Ser sería sumamente injusto, porque solo da una oportunidad a cada alma viviente, solo una vida para vivir y se tenga éxito ó se fracase, esa sería su única oportunidad, después no queda nada por hacer, no se pueden enmendar los errores. Algunos dicen que el pensar así es fatalismo, que la crueldad de tal ser supremo sería sin medida, porque a  algunos viven una vida miserable y solo se les conceden 70 u 80 años de miseria y después nada. Dicen que tal ser espiritual o tal suerte de circunstancias es un absurdo, una manera de pensar arcaica. Yo me pregunto ¿Si realmente uno necesita otra vida para salir de la miseria de esta que ahora se vive? ; ¿Se necesita empezar de nuevo y andar en este mundo otros ochenta años de vida con todo lo que esto representa para ver si lo puedes hacer mejor? En primer lugar el ser humano no puede en esta vida, ni en n

Reencarnación ¿Cuantas oportunidades necesitas? Parte 2

Estamos hablando de la reencarnación. ¿Cómo puede comprobarse que alguno de nosotros en “otra vida” fue un vikingo que derramó mucha sangre ó que fue un esclavo negro en un campo de algodón hace cientos de años? ¿Cómo se comprobaría el número de reencarnaciones que lleva fulano en su haber? Vamos caminando al futuro y veremos el futuro, pero ¿quien  puede efectivamente comprobar dicho asunto del pasado? ¿Quién puede ver el pasado? Y  aunque se tuvieran todos los datos históricos de la humanidad desde su primera existencia en este mundo; aunque se conocieran todos los secretos de las cosas que han ocurrido en todos los siglos de existencia de este planeta. ¿Quién podría con veracidad probar que hay una conexión con personas de la antigüedad, vidas que se vinculen en una supuesta “cadena de reencarnaciones” que han resultado en la existencia de cierta persona el día de hoy? Estamos hablando, no del cuerpo, no de las características físicas de un individuo, pero del intelecto,

Reencarnación ¿Cuantas oportunidades necesitas? Parte 1

Dentro del movimiento de la Nueva Era al igual que otras filosofías o religiones orientales, se maneja el concepto de la reencarnación, estas corrientes de pensamiento que muchas veces son contrarias al pensamiento de occidente, pueden llegar a infiltrarse en la iglesia mexicana. ¿Son peligrosas? Pues veamos el concepto de la reencarnación. Considero que el punto básico de la reencarnación es una nueva oportunidad, el poder volver a empezar y esta vez hacerlo bien; este sería el primer argumento, pero teniendo en cuenta que al (supuestamente) “volver a nacer” no se tiene ninguna idea de lo que se hizo en “otras vidas”, ¿Como entonces uno lo hará mejor?; ¿Cómo puede uno superarse si no se tiene un fundamento ó una idea básica de cual sería el estándar a vencer? ¿Como se puede perfeccionar lo que se ignora? Es como querer mejorar las drogas que combaten el virus del SIDA, suponiendo que hubiera un científico está a punto de resolver este grave problema en el 2015. Si este hombre

¿Porqué hacemos iglesia?

Como una persona que trabaja en una iglesia de tiempo completo; quiero decir que no me arrepiento de la profesión que tengo, los años de preparación y las dos décadas y media que he invertido en ello. Pero también reconozco que algunas personas hacen iglesia por razones equivocadas, que tan solo mencionarlas parecería un insulto a la misma razón de la existencia de una congregación. No vale la pena hablar de ello. Pero de lo que si puedo hablar es del porqué nosotros hacemos iglesia. Con casi 30 años de existencia, es correcto y necesario mirar a las razones o los motivos para haber llegado hasta estos momentos. En primer lugar hacemos iglesia porque en lo profundo de nuestro corazón sabemos que es lo que Dios nos mandó a hacer. Sencillamente no podríamos encontrar otra razón para estar aquí, sino es que estuviéramos absolutamente convencidos del mandato divino impuesto sobre nuestra mente y corazón. En segundo lugar, hacemos iglesia porque como toda persona que recomienda algo

Construye un Altar

“Y el ángelde Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar aJehová en la era de Ornán jebuseo”  (1ª Crónicas 21:18 RVR60) Una plaga azotó a Israel y el ángel del Señor le dijo a David que construyera un altar. No le dijo que construyera un hospital o una clínica, no le dijo que organizara los funerales de los que habían fallecido, no le instruyó para estableciera un sistema de vigilancia epidemiológica o que estableciese un Centro Nacional de Emergencias. Le encomendó una sencilla tarea, levantar un altar. Por lo general "adorar" no es la primera cosa que se nos viene a la mente en cada situación de la vida, y mucho menos, cuando lo que nos pasa no es agradable. ¿A quien se le ocurriría que adorar a Dios es la mejor respuesta inmediata a una situación desesperante, dramática o espantosa como una catástrofe nacional? Sin embargo esa fue la instrucción del ángel al rey David, "Construye un altar". Muchas veces

Dios nos da fuerzas

18»Una vez más, el de aspecto humano me tocó y me infundió fuerzas, 19al tiempo que me decía: “¡La paz sea contigo, hombre altamente estimado! ¡Cobra ánimo, no tengas miedo!” »Mientras élme hablaba, yo fui recobrando el ánimo y le dije: “Ya que me has reanimado,¡háblame, Señor!” Hay dos maneras como Dios le infunde fuerza o fortaleza a Daniel según este pasaje. Pero en primer lugar hay que destacar que cuando Dios se presenta delante de Daniel, Daniel pierde su fortaleza (fuerza) según el vrs. 16-17. ¿Porqué? Porqué la carne débil del hombre no puede estar delante de la majestad de Dios, su santidad y su poder. Esto lo hemos visto también en otras ocasiones en la Biblia, como con Isaías, con el apóstol Juan, con Saulo de Tarso, etc. Cuando el hombre está frente a frente con Dios, el ser humano desfallece. Es allí, cuando reconocemos nuestra debilidad, donde nos hacemos recipientes preparados para la obra de Dios en nuestra vida. No se puede llenar un vaso lleno,