En la entrada anterior mencioné que tal vez el hombre cojo del libro de los hechos ( Capítulo 3 ) había alcanzado el punto más alto en su escalera del éxito, ¿Qué más podría pedir? Estaba en el lugar en el que el salmista anhelaba estar y además recibía ingresos para su propia manutención. Si conoces el final de la historia en el libro de los hechos, tal vez te perezca ridículo pensar que eso era lo mejor a lo que podía aspirar. Pero la realidad de este hombre es la realidad de muchos de nosotros. Llegamos a lugares en la vida donde estamos cómodos, tenemos todo lo que necesitamos y no al alcanzamos a ver o no sabemos que es posible tener algo mejor. Pero este hombre esta a punto de encontrarse con dos personas que cambiarán su vida para siempre. Dos personas que conocen a Jesús y lo que él ha hecho por nosotros. Conocen que nada hay imposible para Dios y que ahora en Cristo hemos recibido el poder del Espíritu Santo y un llamado a ser de bendición a otros. Hablo