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Una historia más grande


Consideremos que formamos parte de una historia aún más grande de lo que imaginamos, nuestra participación entonces debe cobrar importancia. 
Porque no somos historias separadas que se pierden en la memoria de los que las escuchan una vez y luego las olvidan por la falta de relevancia. 
Por el contrario, siendo que nuestras historias son pequeños eslabones en una secuencia de sucesos mucho más grandes que entrelazan una grandiosa historia, entonces ese pequeño hilo que representa nuestra vida, no es solo un hilo de cierto color, debemos verlo a la luz del fantástico diseño de un bordado increíble que causa asombro a todo aquel que lo mira.
Es como un tapete hermosísimo, una alfombra para el palacio del Rey del universo.
Ahora bien, ¿En qué momento seré entrelazado? ¿Cuando aparecerá mi contribución en ese estupendo bordado? No lo sabemos, esas preguntas no las podemos responder, porque eso depende de las hábiles manos del que está haciendo el bordado. 
En esas manos está nuestro destino. No en un sentido fatalista, sino en el mejor propósito que pudiera haber en la voluntad divina, que al final de cuentas es la que se cumplirá.
Por mi parte, confío plenamente en ella, pero mi deseo es participar activamente, conscientemente y voluntariamente en la orquestación de la más grande y maravillosa historia de la humanidad.

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