Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2020

¿Quien será el responsable del cambio? Parte 2

Algunas de las razones para no cambiar es el temor a lo desconocido, pero también es la falta de una capacidad para poder imaginar o visualizarte cómodo y feliz en la nueva realidad. El matrimonio es uno de los más grandes cambios que uno experimenta en la vida, pero el soñar en lo que será y la ilusión de lo que vendrá ayudan a visualizarlo y aún a desearlo.    Tu puedes adaptarte al cambio si miras con entusiasmo y ánimo a lo nuevo que vendrá, pero si lo imaginas como algo negativo, difícil e incierto, el cambio será mas trabajoso para ti.   Por otro lado, todo cambio demanda un costo. El precio que se paga al cambio se puede traducir como “sacrificio”. No hablo de presentar un holocausto o sacrificar una gallina. Hablo de renunciar a cosas y soltar una cosa para poder abrazar algo nuevo.    Es difícil renunciar a ciertas cosas, porque estamos cómodos con ellas, acostumbrados, encariñados, tanto que dejar ciertas cosas atrás es como atravesar por un duelo. Nos cuesta trabajo, no porq

¿Quién será el responsable del cambio? Parte 1

Hace unos días escribí en mi Blog, ¿De verdad es posible el cambio? , pensando en estos días donde se habla de una #NuevaNormalidad y los ajustes que tenemos que hacer al respecto. Aunque podríamos decir que es una tarea difícil, por supuesto que es posible. Pero hoy quiero continuar la conversación con otra pregunta: ¿Quién será el responsable de ese cambio? Me viene esto a la cabeza porque hace algunos días leía sobre las personas que han mostrado la capacidad de hacer cambios radicales en su vida y adaptarse a lo nuevo; llámese nuevo trabajo, matrimonio, nueva escuela o lo que sea que demande de nosotros flexibilidad y adaptabilidad.  Aquí hay algunas cosas que son indispensables para lograr el cambio.  1.       ¿Deseas hacerlo?  2.       ¿Puedes visualizarte viviendo el resultado del mismo? 3.       ¿Estas dispuesto a pagar el precio?  4.       ¿Estás dispuesto a comprometerte con el a largo plazo? Todos podemos cambiar, pero no cualquiera se compromete al cambio y lo lleva a cabo.

El Martillo

Ya había leído ese pasaje en el libro del profeta Jeremías donde Dios dice que su palabra es como fuego y como martillo. «¿No es Mi palabra como fuego», declara el Señor, «y como martillo que despedaza la roca?».   (Jeremías 23:29 NBLA) Pero hasta hace relativamente poco asimilé que el martillo también es una de esas herramientas que golpean con fuerza y moldean. En Santa Clara del Cobre hacen unos cazos de cobre gigantescos, estos son famosos porque en ellos se cocinan las memorables carnitas estilo Michoacán. Pero esos cazos comienzan como una pequeña y gruesa placa plana de cobre y por medio de los golpes del martillo el metal se vuelve dúctil, maleable, poco a poco se va estirando y se le va dando la forma deseada. Creo que en ocasiones así funciona el “martillo” de la Palabra de Dios sobre mi. Me golpea y con esos golpes me va moldeando. Pero no solamente Dios usa esa herramienta para conformarme a su imagen. Porque la Biblia dice que:  “Y sabemos que para los que a

¿De verdad es posible el cambio?

Creo que el ser humano es una criatura de hábitos y desarraigarlos a veces se puede volver una tarea cercana a lo imposible.  Para algunos de nosotros (me incluyo por supuesto) algunas de nuestras rutinas parecen estar grabadas en piedra, son como las tablas que recibió Moisés en el monte.  Estos hábitos o rutinas son ley para nosotros; a veces ni siquiera han sido por propia elección, sencillamente se fueron grabando desde hace cientos de años para ti y para mi. Poco a poco, siendo esculpidas en piedra, con cada día que pasaba una nueva cincelada sobre la roca y así se iba escribiendo con lujo de detalle lo que hoy es nuestra vida cotidiana.   Hablo de rutinas, costumbres, hábitos que quizás han estado en tu familia por mil generaciones, desde las rutinas de desayuno, hasta la tradición familiar de los cumpleaños; del hábito de usar cierto tipo de pijama al acostarse, hasta el condimento más recurrente en la cocina de tu abuelita que heredó tu mamá y que solicitas a tu esposa

Sin levadura por favor

En estos días de la cuarentena mi esposa y yo hemos estado horneando más que de costumbre, pizzas, roscas, panqués y aun nos queda cocinar lasaña, galletas de chispas de chocolate e intentar una vez más hacer pan de caja. Pero por algún momento me fue difícil encontrar levadura en las tiendas de autoservicio, lo que hice fue buscar levadura en las panaderías y afortunadamente logramos encontrar quien nos vendiera para seguir con nuestros experimentos en el horno. Pero en los pasados días de Semana Santa, cuando tomamos la Santa Cena en casa, uno de mis hijos me preguntó sobre la costumbre de comer pan sin levadura durante la pascua judía.  Primero le expliqué para que servía la levadura y el efecto que tenía en la elaboración de la masa para el pan. Que como tú sabes, es un agente de fermentación, que convierte los compuestos fermentables presentes en la masa en gas dióxido de carbono, lo que da como resultado burbujas que dan volumen al pan. Y después le expliqué que

El Líder que Prohíbe, Tercera Parte

Estamos hablando de guías para que el líder o pastor pueda ayudar al creyente a formar criterio y tomar decisiones responsables. Hablamos de la primer guía, la conciencia. Quizás la conciencia no le acusa a esa persona en cuanto a una decisión que está a punto de hacer. Quizás siente libertad al respecto y ninguna condenación por lo que hace, al tratarse de esas áreas grises en la escritura. Pero entonces necesitamos recordar lo que dice Romanos: “Acepten a los creyentes que son débiles en la fe y no discutan acerca de lo que ellos consideran bueno o malo. Por ejemplo, un creyente piensa que está bien comer de todo; pero otro creyente, con una conciencia sensible, come solo verduras. Los que se sienten libres para comer de todo no deben menospreciar a los que no sienten la misma libertad; y los que no comen determinados alimentos no deben juzgar a los que sí los comen, porque a esos hermanos Dios los ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar a los sirvientes de otro? Su amo dir

El Líder que Prohíbe, Segunda Parte

En la entrada anterior hablé sobre esos temas “grises” en donde la escritura no es cristalina al respecto. No nos deja en claro si es Blanco o es Negro, o sencillamente al no ser escrita en nuestros tiempos no podemos encontrar mención sobre temas que para el siglo XXI, la Biblia no los tenía considerados. Por ejemplo ¿Cuánto tiempo es el prudente dejar a mis hijos jugar en su consola de videojuegos? Jajaja Por otro lado, la Biblia si contiene principios con los que podemos guiarnos para dar respuesta a este tipo de cuestionamientos, sin la necesidad de ser impositivos. Como ya lo había mencionado, la tarea del pastor es ayudar a los creyentes a madurar en su fe, no resolverles la vida. Cada creyente debe ser responsable por sus propias decisiones, pero aquí hay algunas guías que pueden ser de gran utilidad para los líderes y pastores, para que puedan dar respuesta a los planteamientos que hace la congregación sobre los temas ya mencionados en la primera parte y muchos otros

El Líder que Prohíbe, Primera Parte

Por principio de cuentas hablar de un “líder que prohíbe” para mí es una aparente contradicción. En el siguiente sentido, un líder es el que avanza, guía, va por delante y para adelante, pero prohibir es coartar, impedir, cerrar el paso y obstaculizar.  Un líder no está al frente para poner obstáculos sino para mostrar el camino para superarlos. La perspectiva que tiene el líder o que le ha sido dada para guiar a los que está liderando, es para ayudar a los que caminan con él de modo que puedan evitar las trampas, saber cómo enfrentar las dificultades y para que juntos puedan encontrar el mejor camino para llegar a la meta. Llevando esto al ministerio, es necesario decir que la labor de un pastor no es prohibir a su iglesia que haga esto o aquello; por el contrario, su trabajo es formar criterio y permitir que la iglesia (y el creyente) sea responsable por sus propias decisiones y que llegue a ser una iglesia madura. Muchos líderes y pastores tienen una convicción muy cl