Leyendo apocalipsis capítulos 1-3, he llegado a observar que la iglesia de aquel entonces al igual que la iglesia de nuestros días enfrente tres graves problemas. Persecución, Profetas falsos y Pecado. La PERSECUCIÓN no es en toda la iglesia, pero cuando una parte del cuerpo se duele, todo el cuerpo padece juntamente, necesitamos hacer frente en oración por amor a nuestros hermanos que padecen persecución. Los PROFETAS FALSOS abundan en nuestro entorno, se levantan con nuevas doctrinas, tuercen las escrituras y solo se promueven a sí mismos arguyendo nuevas revelaciones, dones y liderazgo, pero hacen más daño a la iglesia que bien, confundiendo a los creyentes con mentiras disfrazadas de verdades. El PECADO también es una arma del enemigo para quitar autoridad a la iglesia, mantenerla a raya y hacerle sentir derrotada. Sus trampas son astutas, y en una sociedad que solo busca la autosatisfacción, podemos ser presa fácil de un cazador que tiene siempre una carnada atractiva. La solu...