Tal vez tú
recuerdes aquel versículo del salmo 84 que dice:
Porque mejor
es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la
puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. (Salmos84:10 RVR60)
Este es un
versículo muy inspirador, básicamente el salmista habla de la bendición que
representa la casa de Dios para su propia vida.
Ahora bien,
el tempo era un lugar donde se podía llegar sólo hasta cierta distancia, lo que
la Biblia llama atrios. El interior del templo no podía ser visitado por la
gente común, sólo por los sacerdotes, hablo del lugar santo y en el lugar
santísimo, solo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año.
Así qué el
salmista dice que es feliz de poder estar "...a las puertas..." de la
casa de Dios, es decir en los atrios, ya que era el único lugar al que tenía
acceso.
Tal vez por
esa razón el hombre cojo de nacimiento del libro de los hechos era puesto todos
los días en la puerta del templo, llamada la Hermosa.
Y era traído
un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que
se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.
(Hechos 3:2 RVR60)
¿No era la
alegría del salmista por lo menos estar en los atrios del templo? ¿No era su
deseo siquiera llegar a la puerta?
Tal vez los
familiares o amigos de este hombre desafortunado, pensaron que el mejor lugar
que podían encontrar para él era aquel lugar del que hablaba el salmista.
¿Qué otra
cosa podían hacer por él? Por su condición física estaba impedido para trabajar
o valerse por sí mismo.
¿Qué mejor
lugar para pedir alguna clase de ayuda? Este hombre tenía un lugarcito donde el
salmista anhelaba estar y además las personas que se compadecían de él le
ayudaban económicamente.
Tal vez era
el punto más alto en su escalera del éxito.
Pero ahí no termina
la historia.
Continuará...
Comentarios
Publicar un comentario