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La Gloria de Dios ahora en Cristo

Desde la última vez que la gloria de Dios llenó el templo en Jerusalén en los días del rey Salomón (1o Reyes 8:10, 11), no volvimos a ver eso en el resto del registro bíblico. 
Ni siquiera en la reconstrucción en los tiempos de Esdras (Esdras 6:15-22)

¿Por qué? Porque debido a los pecados de su pueblo, Dios desligó su gloria del templo de Jerusalén, para no volver a llenar 'esa casa' con su gloria. Por tal motivo Jerusalén cayó en manos de los babilonios. 

¿Por qué entonces la reconstrucción animada por los profetas contemporáneos de Esdras? Pienso que fue para varios fines. 
1. Para dar una continuidad a la identidad del pueblo de Dios. 
2. Para seguir anunciando con cada sacrificio la venida del 'Cordero de Dios'
3. Para comprobar la fidelidad de Dios al regresarles del cautiverio. 

Y si existe una promesa de llenar con su gloria un tabernáculo posterior; este sería en  la persona de Jesucristo. 

"...por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud...", (Colosenses 1:19 RVR1960)
"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad", (Colosenses 2:9 RVR1960)

Recordemos: "Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré". (S. Juan 2:19 RVR1960) 
Él hablaba de su cuerpo, el templo donde Dios había hecho su habitación. 

Y en evangelio de Juan, donde dice:
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad". (S. Juan 1:14 RVR1960)
Las palabras '...habitó entre nosotros...' en el original griego se pueden traducir también como "...puso su tabernáculo entre nosotros...".

En Jesucristo, Dios decidió manifestar su gloria, no en casas de hombres, porque ni los cielos de los cielos le pueden contener (1o Reyes 8:27).

Pero en la persona de Jesús. Recordemos lo que dice de su cuerpo y la relación con el templo. 
"Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste (no hay más sentido para ofrecer sacrificios en un templo, adición mía) Mas me preparaste cuerpo". (Hebreos 10:5 RVR1960)

Haberle preparado un cuerpo a su hijo Jesucristo, tenía el propósito de que esté fuera el último sacrificio. El sacrificio perfecto, para no tener necesidad de otro. 
"Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre". (Hebreos 10:8-10 RVR1960)

No hay propósito divino para una nueva reconstrucción de un templo en Jerusalén. 
Porque Dios ya había provisto un recipiente para su gloria en la encarnación del verbo. 

Y ni siquiera en la vida postrera se ha considerado; no hay necesidad de un templo en la nueva Jerusalén, como lo testifica el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis. 
"Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero". (Apocalipsis 21:22 RVR1960)


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