En la parábola de los dos hijos, cuando el hijo pródigo regresa a su casa, el padre no espera sentado, sino que sale a recibirle. Lo mismo ocurre con el hijo mayor que enojado no quería entrar a la celebración, una vez más el padre sale a buscarle. Esta imagen del padre que no espera sentado, sino que con rapidez sale en busca de sus hijos, es una parábola que refleja la actitud de nuestro padre celestial. Dios está más que listo para salir al encuentro de sus hijos con perdón, aceptación y bendición. Recuerdo también la historia que se encuentra en el libro del génesis (cap. 14) y que es mencionada por el autor de la epístola a los hebreos (cap. 7). Esta historia nos encontramos con un sacerdote llamado Melquisedec, que no espera sentado, sino que sale a recibir a Abraham con bendición. Abraham venía de una gran victoria y le entrega los diezmos a Melquisedec, de quien ha recibido bendiciones además de pan y vino, que representan comunión con Dios, porque Melquisedec era un tipo o ...