¿Qué es la intercesión? ¿Por qué interceder? ¿Cuál debería ser nuestro modelo de intercesión? ¿Cuáles son los principios de la intercesión?
Interceder es pedir a favor de otro[1]. Y en el caso de la iglesia, hay muchas cosas por las cuales podríamos estar pidiendo a Dios, a favor de otras personas. Principalmente la intercesión está ligada más que a pedir a favor de la iglesia, es pedir a favor de los perdidos.
Pero interceder a favor de las almas perdidas no la considero la motivación principal que llevará a la iglesia a cumplir su trabajo de intercesión.
Interceder porque “es lo correcto”, porque “es lo que Jesús espera de nosotros”, porque “es lo que la iglesia debe hacer (su trabajo)”, desgraciadamente tampoco me suena como a un motivo suficientemente fuerte como para que la iglesia sea movilizada a esta labor. De igual manera podríamos mencionar otras “labores” o “quehaceres” de la iglesia que no por ser responsabilidades del cuerpo de Cristo, presentan mejores resultados (ejemplo: la obra misionera, el evangelismo, la lectura de la Biblia).
¿Qué nos puede llevar a mirar la intercesión no como una carga sino como una acción natural de la iglesia? Y podríamos preguntar lo mismo en cuanto a otras disciplinas que se esperan de los creyentes, pero que por alguna razón nos cuesta trabajo fluir en ellas. Llámese orar, leer la Biblia, amar al prójimo y amar a nuestros enemigos.
Pensando en Jesucristo como nuestro modelo de un ministerio de intercesión perfecto, creo que hay algunos principios que podrían ayudar a la iglesia a cumplir lo que se espera de nosotros.
¿Que mueve a Jesús a interceder por la iglesia delante del Padre? ¿Lo bien que se comporta la iglesia? ¿Lo maravillosos que son los cristianos en su obediencia a la voluntad de Dios? Si dependiéramos de eso, tal vez Jesucristo habría dejado de interceder por nosotros y en lugar de eso ya hubiera venido a ejecutar el juicio final; (estoy exagerando).
Consideremos que la intercesión de Jesús a nuestro favor está motivada porque la iglesia es el objeto del amor de Dios. Ese amor le da a la iglesia un valor especial para el Padre; es decir, han dejado de ser solamente una multitud de personas, porque el amor de Dios ha cambiado su condición a los ojos del Todopoderoso. Ya no son solamente pecadores, se han convertido en hijos de Dios, redimidos, justificados y en un proceso de santificación para conformar en ellos la imagen de Jesucristo[2].
Creo que este es un motivo muy poderoso como para que Jesús se invierta en intercesión por la iglesia[3].
En nuestro caso, mirar a los hombres, a la iglesia y a las naciones de la misma manera que Jesús las miras (objetos del amor de Dios), es un muy buen motivo como para interceder por ellos; pero aún así, creo que no es la motivación principal.
Tal vez hay una motivación superior, en esta consideración, sugiero 4 motivaciones principales para el trabajo de intercesión tanto en la persona de Jesús como en la vida de la iglesia.
1ª Motivación para la intercesión. El conocimiento de Dios.
Saber quién es Dios, creo que es la primera de nuestras motivaciones para hacer un buen ministerio de intercesión. ¿Por qué pedirle algo a alguien, si sé que es una persona egoísta o malo? ¿Vale la pena hacer solicitudes incansables a un juez injusto? Probablemente dirás que a una viuda le dio resultado[4]. Pues con mayor razón podemos acerarnos a Dios en intercesión, porque él no es un juez injusto, es un Dios de amor, bondad, lento para la ira y grande en misericordia[5]. Intercedemos porque sabemos que Dios es bueno, quiere hacernos bien, sus pensamientos para nosotros son de bendición y de paz[6].
Entre más conozco a ese Dios de amor, me será más sencilla la intercesión.
Imagina al hijo que sabe que es amado por su padre, no se le dificultará solicitarle algo a su padre, porque sabe que su padre le ama y le responderá. ¿Cuánto amor tiene Dios el Padre por Jesucristo? ¿Cuánto conoce Jesús el amor y la misericordia de su Padre celestial?
¿Será que la intercesión tiene su principal fundamento en esa relación de intimidad con el Padre? ¿Cuánto crees que Dios te ama a ti?
2ª Motivación para la intercesión. El amor a Dios.
Juan el apóstol dice que amamos a Dios porque él nos amo primero[7] ¿Cómo corresponder a semejante amor? Creo que Jesús intercede delante de Dios, primero porque conoce al Padre y sabe que el Padre es amor. Y en segundo lugar, Jesús intercede porque ama a su Padre y busca agradarle. Tal vez esta es la segunda gran motivación en el corazón de Jesús, al igual que debe ser en el caso de la iglesia. Es decir la iglesia se ofrece en gratitud a Dios, porque le ama y con amor desea corresponder a su gracia y misericordia.
¿Por qué fue Jesús a la cruz? Porque nos amó, cierto. Pero por encima de eso, vino a dar su vida por nosotros, por amor al Padre. Jesús ama tanto al Padre que puede decir “No se haga mi voluntad sino la tuya”[8]. Si eso no es amor, entonces no sé que es.
Nuestra labor de intercesión es una declaración de nuestro amor a Dios, fundamentado en una imperecedera gratitud porque él nos amó primero. ¿Cuánto amas a Dios? Intercedemos porque le amamos y eso nos lleva a la tercera motivación.
3ª Motivación para la intercesión. La voluntad de Dios.
La voluntad de Dios es que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento[9]. Su voluntad es la salvación de las almas, la edificación del cuerpo de Cristo, que todos le conozcan, que su iglesia se levante en un ministerio sacerdotal para interceder delante de Dios por este mundo perdido. Su voluntad es que alguien se ponga en la brecha[10] y sobre los muros de la ciudad[11]. Intercedemos porque es lo que él quiere.
Cuando la iglesia hace la voluntad de Dios, encuentra deleite en ella, satisfacción y su propósito para esta vida, pero sobre todo, lo hace porque es motivada por el amor, como lo mencioné hace un momento.
Pero no me malinterprete; cuando digo que la iglesia hace la voluntad de Dios por amor, no estoy diciendo que su obediencia se basa en emociones. No es un asunto emocional, ni opcional; el amor debe llevar a la iglesia a comprometerse con cumplir la voluntad de Dios. Si todo el amor que decimos que tenemos por Dios se convirtiera en un verdadero compromiso (una de las características principales del amor[12]) creo que la iglesia se levantaría no solamente en intercesión.
4ª Motivación para la intercesión. El objeto de la intercesión.
Finalmente, considero que la cuarta motivación para esta labor tan importante de la iglesia, está relacionada con el mismo objeto de la intercesión.
Intercedemos por otros cristianos, por los pastores, por nuestras autoridades, por los misioneros, por los que han de creer, por las naciones y por los pueblos de la tierra que no le conocen, porque Dios les ama.
Son el objeto del amor de Dios, por lo tanto nuestro punto de vista respecto a tales personas, nuestras emociones o lo que sentimos por tal o cual individuo o pueblo debe hacerse a un lado.
Si Dios le ama, esa es suficiente motivación para interceder por esa persona, familia, ministerio, institución o nación.
Pedirle a Dios por la paz mundial le corresponde a miss universo. La verdadera intercesión de la iglesia es por lo que está en el corazón de Dios, por el objeto de su amor. Sea Jerusalén o Palestina, los negros o los blancos, los pobres o los ricos, los casados o los solteros, los jóvenes o los viejos, los buenos o los malos, mi iglesia o la que no es mi iglesia, cristianos y no cristianos. ¿A quién crees tú que Dios ama? Entonces por ellos debemos interceder.
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