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Semana de Pascua

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección o de Pascua.

A continuación diremos lo que ocurre en estos días y explicamos algunos de estos significados[1].

Domingo de Ramos.

Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Dándole la bienvenida como el Mesías prometido. Por esto, en algunas iglesias se acostumbra llevar palmas a la iglesia y en algunos credos (católicos) estas palmas incluso se bendicen. En este día Jesús también echa a los cambistas del templo, porque estaban haciendo un mercado de lo que estaba reservado como lugar de oración para los gentiles.

Jueves Santo.

Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que también les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última Cena, Jesús encomienda que se le recuerde en este sencillo acto de partir el pan y compartir la copa, con el propósito de mantener siempre presente su obra en la cruz y el propósito de la misma. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de orar los guardias del templo le arrestaron para llevarle ante el sanedrín (Junta suprema judía).

Viernes Santo.

Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilatos; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Algunas iglesias lo conmemoran con una representación del Vía Crucis, donde  solemnemente reproducen los acontecimientos de este día, en otras iglesias también se acostumbra recordarlo con una reunión especial a medio día y un sermón alusivo a su crucifixión. Este es uno de los momentos más importantes durante la celebración, porque Jesucristo vino a este mundo y se preparó toda su vida para este momento. Su sacrificio supremo para conseguir el perdón de nuestros pecados. Este día por la noche en algunas partes hay procesiones y vigilias por la muerte de Jesucristo. Pero más que celebrar la muerte, los cristianos la recordamos y celebramos el perdón de nuestros pecados y la resurrección de Jesús.

Sábado Santo o Sábado de Gloria.

En este día se recuerda el día que Jesucristo estuvo en la tumba, entre la muerte y la Resurrección. Algunas iglesias lo toman como un día de luto y tristeza. Otras sencillamente pasan por alto cualquier tipo de conmemoración. En las iglesias católicas las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para amanecer el domingo con una celebración de la resurrección.

Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua.

Es el día más importante y más alegre para todos los cristianos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Al levantarse de la tumba, Jesucristo consiguió para nosotros eterna redención, es por su muerte que él logra pagar nuestra deuda para con Dios, pero es por su resurrección que su obra se hace una realidad para nosotros. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de ser salvados, disfrutar una nueva vida con el aquí en la tierra, tener asegurado un lugar en el Cielo para nosotros y una promesa de vivir felices en compañía de Dios para siempre. La Pascua es el paso de la muerte a la vida. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.



[1] Evangelio de Marcos 11 al 16

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