Había leído antes la historia de Ezequías el rey de Judá, que celebró la Pascua trayendo un gran avivamiento en su época, pero pase por alto algunas implicaciones para el cristiano de nuestros días.
En 2 de Crónicas 30 esta la historia de como el rey Ezequías envía cartas a todo Israel y Judá para que vengan a Jerusalén a celebrar la Pascua. La Pascua era una celebración para recordar la gran liberación de la esclavitud.
Y esas cartas no son otra cosa sino la invitación a celebrar y recordar lo que Dios había hecho por Israel.
Ahí puedo encontrar algunas implicaciones con la labor evangelística, llamar a otros a reconocer la intervención de Dios a nuestro favor es una manera de comunicar las buenas nuevas.
Pero lo que más me llamó la atención, fue que ya estando en la celebración, el rey Ezequías y toda su corte dieron una ofrenda para que esta celebración no se detuviera.
Aquí alcanzo a observar una determinación en el corazón del rey y una acción. El rey lleva a cabo una acción para que la celebración de la gran liberación de Israel, no se vea interrumpida; y lo que hizo fue dar una ofrenda.
Me encantó ver esto en la Biblia, porque que cuando ofrendamos a la iglesia, hacemos lo mismo que el rey Ezequias, estamos haciendo que la fiesta de celebración por la gran liberación que Jesús hizo por nosotros no se detenga.
Pero lo más loco del asunto es que cuando terminó esa fiesta los asistentes salieron de allí, con una determinación en su corazón, y comenzarían con hacer cambios radicales (derribando altares idolatras y santuarios paganos).
Cuando celebramos la libertad que Jesús trajo a nuestra vida, cuando con nuestras ofrendas y diezmos procuramos que siga esa fiesta (celebración) cada domingo, el resultado será que la vida de los asistentes será transformada y habrá cambios radicales en su vida.
Por tal motivo, creo que dar nuestras ofrenda y diezmos para que la celebración continúe, para que otros conozcan lo que Jesús ha hecho por nosotros y para que sus vidas sean transformadas, son buenas razones para que continúe la fiesta.
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