En la
entrada anterior mencioné que tal vez el hombre cojo del libro de los hechos
(Capítulo 3) había alcanzado el punto más alto en su escalera del éxito, ¿Qué
más podría pedir?
Estaba en el
lugar en el que el salmista anhelaba estar y además recibía ingresos para su
propia manutención.
Si conoces
el final de la historia en el libro de los hechos, tal vez te perezca ridículo
pensar que eso era lo mejor a lo que podía aspirar. Pero la realidad de este
hombre es la realidad de muchos de nosotros.
Llegamos a
lugares en la vida donde estamos cómodos, tenemos todo lo que necesitamos y no
al alcanzamos a ver o no sabemos que es posible tener algo mejor.
Pero este
hombre esta a punto de encontrarse con dos personas que cambiarán su vida para
siempre. Dos personas que conocen a Jesús y lo que él ha hecho por nosotros.
Conocen que nada hay imposible para Dios y que ahora en Cristo hemos recibido
el poder del Espíritu Santo y un llamado a ser de bendición a otros.
Hablo de
Pedro y de Juan, quienes tomaron de la mano a este hombre cojo y al levantarlo
declararon su sanidad.
Mas Pedro
dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de
Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron
los pies y tobillos; (Hechos 3:6, 7 RVR60)
¿A dónde voy
con todo esto? A lo que quiero llegar es a una verdad que nos involucra a todos
nosotros.
Necesitamos
a nuestros hermanos en la fe, necesitamos a la iglesia para alcanzar aquello
que Dios tiene para nosotros.
Como dice mi
amigo el Dr. Renato Corro, "Los propósitos de Dios para ti se cumplen en
la iglesia y a través de la iglesia".
Hay muchos
que se han quedado en la puerta de la iglesia, sólo miran para adentro, no se
involucran, se han acomodado y están felices. Pero Dios tiene mucho más para
ellos de lo que alcanzan a ver.
Por eso
nuestra invitación debe ser ¿Qué haces en la puerta? ¿Porqué te quedaste allí?
Levántate y entra en los propósitos que Dios tiene para ti.
Fin.
Amén! Como siempre, muchas gracias por la reflexión, me inspira y me recuerda que los pensamientos de Dios para mi vida son mucho mayores de lo que imagino. Bendiciones Pastor
ResponderEliminarlo que Dios pide es que nos amemos los unos a los otros como el nos amo y que seamos caritativos con los que menos tienen para que la tierra se convierta en un verdadero Reino de los Cielos depende que cada uno compartamos unos a otros tanto en lo material como espiritual
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