Aunque en tiempos bíblicos no se usaba el término anacoreta, este describe a una persona que se retira del mundo para vivir en soledad, dedicándose a la oración, la meditación, la austeridad y otras disciplinas espirituales. Juan el Bautista encaja perfectamente en la descripción porque como leímos arriba, vivía en el desierto, un símbolo clásico del retiro y la soledad; llevaba una vida austera, vestía con piel de camello y su dieta consistía en langostas y miel y tenía una dedicación espiritual intensa, su misión era preparar el camino para el Salvador, con una vida de consagración y predicando el arrepentimiento.
Estos compromisos que han abrazado algunos hombres y mujeres a lo largo de la historia de la iglesia y aún en nuestros días, siempre han sido sinónimo de espiritualidad y dedicación al Señor. Por eso me emocionaba muchísimo comprar y leer el libro titulado “La vida sobre una columna” por José Simón Palmer. Que es un recuento de la vida de Simeón y Daniel estilitas.
De acuerdo con la sinopsis que nos ofrece el portal de libros más grande del mundo, “Un estilita era un anacoreta (un monje o asceta) que vivía sobre una columna, de la que no se bajaba jamás. El fundador de esta espectacular forma de vida ascética fue el sirio Simeón (459 d.C.), que la practicó durante treinta y siete años en su país natal. Tuvo muchos imitadores en el Oriente cristiano durante los siglos siguientes.
El primero de ellos fue el también sirio Daniel, que vivió sobre su columna cerca de Constantinopla entre 460 y 493. Ambos estilitas atrajeron en vida a muchedumbres de peregrinos procedentes de todo el mundo cristiano y, como se puede apreciar en sus Vidas, llegaron a tener gran influencia tanto sobre la gente corriente como sobre dignatarios y emperadores. La Vida de Simeón Estilita, atribuida a su discípulo Antonio, es uno de los testimonios principales sobre las hazañas ascéticas y los milagros de este santo. Breve en extensión y simple en su concepción, gozó de gran popularidad desde muy pronto. Ya en el siglo VI fue traducida al latín. La Vida de Daniel Estilita, debida también a un discípulo del santo, es el único documento que tenemos sobre Daniel. Más larga que la anterior y mejor escrita, está considerada como un valioso testimonio histórico no solo sobre su protagonista y su género de vida, sino también sobre la Constantinopla del siglo V y sus gentes”. (https://www.amazon.com.mx/vida-sobre-una-columna/dp/849879529X)
Fue una lectura sumamente interesante que me llevó a conocer una perspectiva de vida y devoción a Dios que jamás hubiera imaginado, reitero que les tengo un gran respeto y admiración a todos esos hombres y mujeres que han transitado por el camino más estrecho de todos en su ruta para llegar a esa vida de contemplación dedicada a nuestro Señor.
En días recientes consideraba algunos ejemplos de liderazgo a mi alrededor, personas al frente de empresas, firmas, organizaciones públicas o privadas, partidos políticos y hasta lideres religiosos. Al ver su trato con su prójimo me recordó la vida de aquellos “estilitas”.
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