Estamos hablando de guías para que el líder o pastor pueda ayudar
al creyente a formar criterio y tomar decisiones responsables. Hablamos de la
primer guía, la conciencia.
Quizás la conciencia no le acusa a esa persona en cuanto a
una decisión que está a punto de hacer. Quizás siente libertad al respecto y
ninguna condenación por lo que hace, al tratarse de esas áreas grises en la
escritura. Pero entonces necesitamos recordar lo que dice Romanos:
“Acepten a los creyentes que son débiles en la fe y no
discutan acerca de lo que ellos consideran bueno o malo. Por ejemplo, un
creyente piensa que está bien comer de todo; pero otro creyente, con una
conciencia sensible, come solo verduras. Los que se sienten libres para comer
de todo no deben menospreciar a los que no sienten la misma libertad; y los que
no comen determinados alimentos no deben juzgar a los que sí los comen, porque
a esos hermanos Dios los ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar a los
sirvientes de otro? Su amo dirá si quedan en pie o caen; y con la ayuda del
Señor, quedarán en pie y recibirán la aprobación de él”. Romanos 14:1-4 NTV
No es nuestro deber juzgar lo que su conciencia le permita o
no hacer. Pero aquí esta el principio de nuestra segunda guía.
2.
La segunda guía es el principio del amor
El apóstol Pablo deja muy en claro que es la conciencia la
que debe guiarnos a tomar decisiones. Un creyente no debe sentir la condenación
o desaprobación de su líder o su pastor, solo porque siente libertad para hacer
o dejar de hacer algo (Hablamos de lo relacionado en la lista de la primera
parte de este estudio).
Sin embargo existe otro principio. Se llama el principio del
amor y la Biblia lo enseña de la
siguiente manera.
“Si otro creyente se angustia por lo que tú comes,
entonces no actúas con amor si lo comes. No permitas que lo que tú comes
destruya a alguien por quien Cristo murió. Entonces no serás criticado por
hacer algo que tú crees que es bueno. Pues el reino de Dios no se trata de lo
que comemos o bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y alegría en el
Espíritu Santo. Si tú sirves a Cristo con esa actitud, agradarás a Dios y
también tendrás la aprobación de los demás. Por lo tanto, procuremos que haya
armonía en la iglesia y tratemos de edificarnos unos a otros”. Romanos
14:15-19 NTV
Este principio debe aplicarse junto al primero. De modo que
si tu conciencia no te permite hacer algo o por el contrario, sientes libertad
para hacerlo, eso está bien para contigo. Pero el principio del amor dice que
si tal cosa para tu prójimo es un asunto que le puede hacer tropezar, entonces
¿Por qué deberías de hacerlo? Mejor no hacerlo, porque Jesús dice que la
persona que hace tropezar a otros, mejor le sería atarse una piedra de molino
en el cuello y lanzarse al mar (Mateo 18:6).
En Resumen:
Si se te olvida todo lo que hemos dicho, que no se te olvide
esto.
1. La
tarea del líder o pastor es ayudar a los creyentes o a su equipo a madurar en
su fe, no resolverles la vida.
2. Un
creyente no debe sentir la condenación o desaprobación de su líder o su pastor,
solo porque siente libertad para hacer o dejar de hacer algo.
3. El
trabajo del líder o pastor es ayudar a su iglesia o su equipo a formar criterio
y permitir que sean responsables por sus propias decisiones y que llegue a ser
una iglesia madura.
4. Tanto
el líder, el pastor o el creyente deben vivir bajo el principio del amor y evitar
hace tropezar a los “débiles” en la fe, porque también por ellos Cristo murió.
FIN.
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