“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Apocalipsis 1:3
La palabra bienaventurado tiene un significado bien conocido por todos nosotros, es otra manera de decir dichoso o feliz; es importante resaltar que el autor está haciendo énfasis en la grandeza de la bendición revelada aquí. Por eso llama a los recipientes de esta revelación “Bienaventurados”.
Esta bendición es para las personas que al recibir esta revelación harán tres cosas muy importantes, estas tres cosas son las llaves para recibir dicha bendición contenida en este libro; dichosos (1) los que leen, (2) los que oyen y (3) los que guardan. Este es el mismo sentido que tienen las palabras de Jesús en el sermón del monte para describir a una persona prudente que edifica su casa sobre la roca. No solamente oír, pero poner en práctica. Leer, oír y hacer, ¿No son estos tres pasos una metodología para un aprendizaje efectivo? Creo que son las tres mejores herramientas para que una verdad o principio (cualquiera que este sea) se vuelva parte de nuestra vida.
También se señala que la bendición es por la lectura de este libro; hablando concretamente, el libro de Apocalipsis. Independientemente de la bendición que el creyente recibirá por la lectura de su Biblia; el apóstol Juan hace énfasis en decir que leer y abrazar lo escrito en esta revelación, traerá como consecuencia una bendición especial. ¿De qué tipo de bendición hablaba? Es decir la bendición más grande por la lectura de la Biblia es llegar al conocimiento de Dios y de sus propósitos redentores a favor de la humanidad, muchas otras cosas aprendemos y recibimos como bendiciones por la lectura de la Biblia, pero ¿Cuál es la bendición que se recibe por medio de este libro en particular? Creo que la primera bendición que se me ocurre es la fortaleza y seguridad de nuestra esperanza.
Hay una naturaleza profética en este libro, como toda palabra profética de parte de Dios, tiene la certeza de un cumplimiento; y si la promesa expresada en este libro es el retorno y la victoria final de Cristo, ese es un gran motivo para tener una esperanza ciertísima, un consuelo en medio de tiempos difíciles y violentos.
Finalmente esta bienaventuranza habla de la premura del tiempo, “está cerca” ¿De qué tiempo está hablando? Lo más probable es que hable del tiempo de la segunda venida de Cristo, es decir, dichosos los que leen, escuchan y guardan estas palabras porque Cristo viene pronto. Aunque cabría la posibilidad de interpretar la dicha de los que leen, escuchan y guardan estas palabras, porque solo así podrán enfrentar los tiempos que se avecinaban y que el apóstol pudo contemplar en esta revelación.
Cualquiera que sea el caso esta primera bienaventuranza, es una promesa de dicha para los que se alistan leyendo, oyendo y guardando las palabras escritas en este libro, tan hermoso pero tan ignorado por la iglesia. Tal vez ha llegado el momento para que el creyente ponga sus ojos en el libro de la Biblia que asegura la dicha de estar siempre listos para cualquier cosa que el futuro nos depare, con la seguridad de que al final del tiempo la victoria será nuestra por medio de Cristo Jesús en quien somos más que vencedores.
“Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Romanos 8:37
La palabra bienaventurado tiene un significado bien conocido por todos nosotros, es otra manera de decir dichoso o feliz; es importante resaltar que el autor está haciendo énfasis en la grandeza de la bendición revelada aquí. Por eso llama a los recipientes de esta revelación “Bienaventurados”.
Esta bendición es para las personas que al recibir esta revelación harán tres cosas muy importantes, estas tres cosas son las llaves para recibir dicha bendición contenida en este libro; dichosos (1) los que leen, (2) los que oyen y (3) los que guardan. Este es el mismo sentido que tienen las palabras de Jesús en el sermón del monte para describir a una persona prudente que edifica su casa sobre la roca. No solamente oír, pero poner en práctica. Leer, oír y hacer, ¿No son estos tres pasos una metodología para un aprendizaje efectivo? Creo que son las tres mejores herramientas para que una verdad o principio (cualquiera que este sea) se vuelva parte de nuestra vida.
También se señala que la bendición es por la lectura de este libro; hablando concretamente, el libro de Apocalipsis. Independientemente de la bendición que el creyente recibirá por la lectura de su Biblia; el apóstol Juan hace énfasis en decir que leer y abrazar lo escrito en esta revelación, traerá como consecuencia una bendición especial. ¿De qué tipo de bendición hablaba? Es decir la bendición más grande por la lectura de la Biblia es llegar al conocimiento de Dios y de sus propósitos redentores a favor de la humanidad, muchas otras cosas aprendemos y recibimos como bendiciones por la lectura de la Biblia, pero ¿Cuál es la bendición que se recibe por medio de este libro en particular? Creo que la primera bendición que se me ocurre es la fortaleza y seguridad de nuestra esperanza.
Hay una naturaleza profética en este libro, como toda palabra profética de parte de Dios, tiene la certeza de un cumplimiento; y si la promesa expresada en este libro es el retorno y la victoria final de Cristo, ese es un gran motivo para tener una esperanza ciertísima, un consuelo en medio de tiempos difíciles y violentos.
Finalmente esta bienaventuranza habla de la premura del tiempo, “está cerca” ¿De qué tiempo está hablando? Lo más probable es que hable del tiempo de la segunda venida de Cristo, es decir, dichosos los que leen, escuchan y guardan estas palabras porque Cristo viene pronto. Aunque cabría la posibilidad de interpretar la dicha de los que leen, escuchan y guardan estas palabras, porque solo así podrán enfrentar los tiempos que se avecinaban y que el apóstol pudo contemplar en esta revelación.
Cualquiera que sea el caso esta primera bienaventuranza, es una promesa de dicha para los que se alistan leyendo, oyendo y guardando las palabras escritas en este libro, tan hermoso pero tan ignorado por la iglesia. Tal vez ha llegado el momento para que el creyente ponga sus ojos en el libro de la Biblia que asegura la dicha de estar siempre listos para cualquier cosa que el futuro nos depare, con la seguridad de que al final del tiempo la victoria será nuestra por medio de Cristo Jesús en quien somos más que vencedores.
“Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Romanos 8:37
Solo en la practica podremos disfrutar de las bienaventuranzas que nos dice el espíritu santo en este libro y nos brinde mas conocimiento
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